Por: Alejandro Botero Cárdenas
@alboca72
alboca72@gmail.com

Un encuentro casual

Después de un agitado día caminando por la calles de Manhattan admirando las moles de cemento que circundan la imponente  capital del mundo, tomamos el metro de Nueva York rumbo a Jackson Heights.
Al salir de la estación, algo nos llama la atención. Divisamos desde lejos, un grupo de personas en fila india, la tristeza y el abatimiento se dibujaba es sus rostros.

Desde una camioneta, un hombre que vestía una camiseta blanca, les  repartía fiambres, logrando robarles una sonrisa, al recibir lo que parecía ser un preciado tesoro en medio de su desolación.

Mi esposa me hace recordar que el  hombre de camiseta blanca, baja estatura y cabeza despoblada, es el mismo personaje del  documental de televisión séptimo día, que habíamos visto tiempo atrás y  narraba la historia de la labor altruista de nuestro  coterráneo Jorge Muñoz, mejor conocido  con el apelativo con el que lo bautizó un periodista del periódico New York Times: “el Ángel de Queens”.

Mientras nos acercábamos a la camioneta, su ayudante nos miró expectante creyendo  que veníamos en busca de comida. Le dijimos que queríamos saludar y tomarnos una foto con nuestro compatriota, de quien teníamos  positivas referencias  por la extraordinaria  labor humanitaria que llevaba a cabo en Nueva York.

El ayudante nos respondió: “espere un momento yo hablo con el patrón”. Acto seguido, nos acompañó  hasta la camioneta y nos presentó al supermán de la avenida Roosevelt, remoquete  con el que lo conocen sus protegidos.
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De apariencia noble y serena, Jorge nos saluda amablemente. Cruzamos unas palabras y accede a tomarse una  foto conmigo. Finalmente nos despedimos diciéndole: “Dios te  bendiga por tan meritoria tarea. Nos sentimos muy orgullosos de que exista un colombiano realizando una obra tan admirable en tierras lejanas”.
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Leyendo sobre su vida, me entero de algunos  acontecimientos muy  importantes, que según mi percepción, no han sido de gran trascendencia para la prensa colombiana, tal vez por ser noticias que no generan mucho impacto social debido a la ausencia del amarillismo de temas violentos al que nos tienen acostumbrados los noticieros nacionales.

Su historia

Jorge Muñoz nació en Palmira en 1964 y fue  criado en Pereira.

En los años ochenta emigró a Estados unidos en busca de nuevas oportunidades. Después  de tener varios trabajos inestables, es contratado como conductor de bus escolar.

Cierto día, después de finalizar su jornada laboral, vio que en una procesadora de alimentos al frente de su lugar de trabajo, estaban botando a la basura comida  congelada en buen estado. Muñoz no entendía cómo era posible tal desperdicio, teniendo en cuenta la gran cantidad de gente que en el mundo aguanta hambre. Con un sentimiento de indignación que agobiaba su alma, el ángel de Queens habló con la administradora del lugar para que le donara los alimentos que sobraban, con el fin de darles un buen destino, repartiéndolos a personas necesitadas. Sin dudarlo aceptó, con la única condición de no decirle a nadie el nombre de la compañía.

La primera semana alimentó a ocho obreros que encontró en una esquina de Queens. La cifra se fue incrementando con el correr del tiempo. Actualmente alimenta a más de 140 personas los 365 días del año sin importar si hay lluvias o tormentas. Sin falta, parquea su camioneta blanca  a las 9:30 PM en la avenida Roosevelt con el propósito de aliviar aunque sea por un momento el  desasosiego de personas que por razones del destino son menos favorecidas.

La única vez que faltó a su compromiso diario, fue por causa de una fuerte nevada que  le impidió  sacar su camioneta para llevar los alimentos. Esa noche se sintió  destrozado al pensar que varias personas dormirían con hambre.  Al día siguiente los buscó para explicarles  el motivo de su ausencia.

Desde 2004  año en que inició su labor, el dinero invertido en la preparación de las comidas proviene del sueldo que recibe como conductor de bus, junto con las donaciones de algunos restaurantes que se han unido a su causa.

Después de 2009 con motivo de la nominación al premio héroe de CNN, ha recibido mayor difusión y apoyo para su fundación “An angel in Queens” (un ángel en Queens).

Su día comienza a las 5:15 de la mañana, haciendo un inventario de la comida para preparar el menú diario. A las 6:30 AM inicia su recorrido escolar hasta  las 5:00 PM.  A las 6:00 PM está listo para continuar su segundo trabajo, que consiste en  la preparación, cocción y empaque de los alimentos que serán repartidos, con la valiosa colaboración  de su hermana y su madre.

Aunque el espacio en su casa se hace cada vez más estrecho debido a los seis refrigeradores que ocupan la sala, el comedor y el patio (además de la gran abundancia de alimentos, conservas  y empaques que deben ser almacenados); aunque hace mucho tiempo no ha podido  sentarse a disfrutar de un programa de  televisión ni ver una película ; aunque su vida social es prácticamente nula por la gran cantidad de tiempo y energía que invierte en su labor social, el ángel de Queens afirma sin titubear que es incapaz de suspender su labor, pues según sus propias palabras: “estos hombres que en su mayoría no tienen trabajo, no tienen familia en el país y viven en las calles, muy posiblemente me estén esperando para saciar su hambre con mi aporte que en muchos casos es la única comida que tendrán en el día. Mi mejor pago es ver sus sonrisas”.

Gran cantidad de  los jornaleros que Muñoz alimenta, se apostan en las esquinas de la ciudad esperando ser contratados en oficios de construcción para un día de trabajo de 12 horas con un pago de 80 dólares.

Solo cuando hay trabajo hay comida. Algunos, pueden pasar hasta una semana sin laborar, tiempo durante el cual no tendrán dinero para comer.

En 2010 Jorge Muñoz incursiona en política uniéndose al movimiento Mira (en segundo reglón) para lanzarse como candidato a la cámara de representantes por los colombianos en el exterior. Obtiene el segundo lugar con un total  de 8.197 votos. En el 2014 se volverá a lanzar, esta vez encabezando la lista.

Reconocimientos

El 4 de agosto de 2010 recibe en la Casa Blanca de manos de Barack Obama la segunda mayor distinción de honor entregada por el presidente de los Estados Unidos, “Citizen Medal” (la más importante es: “The Presidential Medal of Freedom”) en reconocimiento a su labor  de ciudadano ejemplar en beneficio de  los inmigrantes e indigentes de Nueva York.
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En 2009 en medio de la ovación de un auditorio colmado de grandes personalidades del periodismo y la farándula internacional, es nominado al premio “Héroe”, distinción que  otorga la importante cadena de noticias CNN, a los personajes que se destacan por su extraordinaria labor en favor de la humanidad.

Al pasar al frente del escenario para decir las palabras de agradecimiento por la nominación,  con la voz entrecortada por la emoción expresa: “Gracias a Dios y a mi hermana Luz  que por estar repartiendo hoy comida, nadie pasará hambre esta noche. Gracias a mi familia por ayudarme”….

“Mi heroína es mi madre jubilada quien  me ayuda a cocinar, fue ella quien me enseñó a compartir,  y  si todos compartimos un poco, nadie pasará hambre”.

Finalmente  con la respiración agitada y haciendo un gran esfuerzo por no llorar, termina su discurso diciendo:

“Aunque estoy físicamente lejos de mi patria, hoy me siento orgulloso de ser un colombiano. Dios bendiga este país.”
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Si dieramos un poco de lo que tenemos…

Según Jorge Muñoz, con toda la comida que los americanos desperdician un fin de semana, se podría alimentar a cuatro millones de personas.

Su historia es apasionante y admirable. Llama la atención  como una persona comprometida, solidaria  y sensible a la realidad mundial, puede hacer tanto con tan poco. Además,  su obra nos invita a reflexionar sobre la  injusticia social que existe en el mundo y al parecer crece como una bola de nieve haciendo la brecha entre ricos y pobres  cada vez más grande, ante la mirada indiferente de muchos personas que piensan que este asunto es exclusivo de los gobernantes y que son ellos los únicos responsables de darle solución.

Vivimos en una sociedad marcada por el egocentrismo  donde la ley del más fuerte, somete al más débil sin importar las consecuencias, ya que el entorno social forja personalidades de seres materialistas que buscan ser competitivos antes que competentes.

¿Qué sería de la humanidad si los que mucho tienen, donaran un poco de sus riquezas a los que nada tienen?

¿Cuántas muertes de niños se evitarían en el mundo, si las personas a las que nada les falta, se desprendieran tan solo de un poco de su cotidiana comodidad?

Jorge Muñoz el ángel de Queens, el supermán  de Roosevelt, gran ejemplo digno de  imitar, nos da una hermosa lección de humildad, entrega  y caridad, virtudes que se han sido relegadas debido a prioridades humanas más materialistas que altruistas.

Si agradeciéramos en vez de exigir; si elogiáramos en vez de criticar y envidiar; si aceptáramos  nuestras faltas en vez de culpar a otros; si diéramos sin esperar recibir; si  fuéramos menos mundanos y más espirituales; si formáramos a nuestros hijos para valorar las personas más que a las cosas,  tal vez habría mayor consciencia para hacer algo por mitigar el hambre de más de mil millones de personas alrededor del mundo que viven en la pobreza extrema y no tienen más opción que esperar la ayuda de una mano caritativa que se acuerde que ellos existen, para no sucumbir sumidos en la miseria.